martes, 25 de agosto de 2009

CARCELÉN



Llenando los bidones

Tranquilidad absoluta

Salida de Ayora

Puesta de sol

Luna casi llena


Lunes 03-08-09. 70 km

Llebávamos una hora de pedaleo cuando Jose nos dijo que había encontrado un lugar donde podríamos llenar los bidones de agua. Apenas habíamos hecho 8 km por una carretera muy bien asfaltada, siempre con un ligero desnivel hacia arriba, en algunas ocasiones algún falso llano y sin tráfico. El silencio, que se dejaba escuchar, solo era roto por el chasquido de la cadena y nuestro jadeo. Los montes se sucedían unos a otros cubiertos de jovenes pinos.
Sin prisa pero sin pausa llegamos a lo que parecía el alto del puerto. A un lado y al otro, en las cimas de los montes, los molinos competían entre ellos haciendo girar sus enormes hélices al compás que marcaba el viento.
Empezamos a descender y en un momento la carretera empezó a subir. Ante nosotros se elevaba una montaña. Yo buscaba a lo lejos la carretera. ¿Tenemos que subir por ahí? -¡Vaya que si!
7 kilómetros interminables. Veía una curva.- Ya estoy arriba- pero no. Entonces divisaba más carretera serpenteando la montaña. Después de subir durante una larga hora, llegué arriba. Quico y Jose me esperaban comiéndose unas barritas. Quedaban 15 kilómetros para llegar a Ayora y todos fueron de bajada.
Lo primero que hicimos al llegar al pueblo fue ir directos a la terraza de un bar a refrescarnos. El pueblo se preparaba para sus fiestas patronales y había mucho ambiente por sus calles. Comimos un menú en un bar y acto seguido a la piscina del pueblo a poner nuestros cuerpos en remojo.
A las 19 horas salíamos del pueblo dirección Albacete subiendo una rampa y en lo alto se podía contemplar una bella estampa del castillo y el campanar. Transcurriamos por toboganes con campos de cereales ya segados y de vez en cuando atravesavamos algún pequeño bosque de pinos.
Yo estaba muy cansado y anhelaba que llegara la hora para poder parar. Nos quedaban pocos minutos para que anocheciera y acampamos antes de llegar a Carcelén. El sol se escondía dándole color a las nubes que encontraba a su paso y dejándole todo el protagonismo a la Luna.

martes, 11 de agosto de 2009

ENGUERA

Subiendo a Barx


Lavadero de Enguera


Convento Carmelitas Descalzos

Cervezitas

El chef


Domingo 02-08-09. 95 km.

El día era perfecto para emprender el viaje. Ni una sola nube ensuciaba el cielo azul y nosotros ansiosos por devorar kilómetros. A los pocos kilómetros tuve el primer susto. Quico hizo el afilador en mi rueda trasera y se calló. No se hizo nada pero yo me llevé un buen sobresalto. De Oliva a Gandía fuimos por un carril bici rodeados de naranjos y con el pico del Mondúber al fondo. Era domingo y a esas horas de la mañana ya había mucha gente con la bici y corriendo a pie. Salimos de Gandía dirección a Barx y la carretera empezaba a tener un pequeño desnivel hacia arriba pero en pocos kilómetros se conviertieron en fuertes rampas que llegaban a alcanzar un desnivel del 10%. El paisaje era espectacular, rodeados de montañas revestidas de vegetación y un aroma que nos endulzaba el olfato. En la Drova nos detuvimos a almorzar y a llenar los bidones de agua en la fuente para poder continuar camino. Pasamos Barx y subimos unas fuertes rampas por un camino secundario donde apenas nos pasaron dos o tres coches y de repente una bonita bajada hasta pla de Corrals. Al salir a la carretera, para nuestra sorpresa vimos una señal que indicaba Xàtiva a 13 kilómetros. Nuestra meta de hoy la habiamos puesto en Xàtiva y llegabamos a ésta a las 12h, cosa que me satisfació mucho al haber cubierto 63 km en poco tiempo y con la carretera picando hacia arriba. Buscamos la carretera que nos llevaría a Cerdá. En el parque del pueblo comimos e hicimos la siesta bajo la sombra de los pinos ya que hacía mucho calor para seguir.
Tras haber repuesto las energias con un plato de tortellinis a la boloñesa, unas cervezas y una merecida siesta, emprendimos la marcha hacia L'Alcudia dels Crespins para coger la carretera que nos llevaría a Enguera. Ésta continua siendo un sube y baja y el ritmo que marca Jose empieza a hacer mella en mis piernas, puse el plato pequeño y subí al ritmo que me marcaban mis fuerzas. Al cabo de poco tiempo llegamos a Enguera. En la entrada del pueblo hay un lavadero y nos refrescamos en el gran chorro de agua que emana su grifo. Decidimos hacer un poco de turismo por sus calles y al entrar en una plaza pudimos contemplar el convento de Carmelitas Descalzos construido en el S.XVII con piedras salmantinas. Esta plaza se comunica con otra más grande por una pequeña calle y al fondo vimos un bar. Nuestros cuerpos nos pidieron a gritos que nos sentéramos en la terraza y nos tomásemos unas cervezas bien frias acompañadas con unas tapas.
A las 20:30h salimos del pueblo después de haber comprado un poco de pan para la cena y desayuno para el día siguiente. Hicimos 5 0 6 km más y encontramos un campo de olivos donde pudimos acampar con tranquilidad. Quico fue el chef de esa noche y nos preparó una suculenta cena de macarrones a la soupe du poulet acompañado con jamón de bellota empaquetado.


sábado, 1 de agosto de 2009

ELS POBLETS - MÉRIDA


Hace unas semanas me enteré que en el mes de agosto tendría unos días de vacaciones y mi cabeza se puso a debatir entre quedarme en las fiestas de mi pueblo o coger la bici y hacer un viaje.
Después de pensarlo meticulosamente, decidí hacer el viaje. En un principio tracé una ruta circular entre Els Poblets y subir a darme un baño en las lagunas de Ruidera y bajar por la provincia de Murcia hasta llegar a mi pueblo. Haría 650 km y luego me vino a la cabeza Mérida. Vi que habían los mismos km desde Els Poblets hasta Mérida y decidí hacer esta ruta ya que Mérida es una ciudad que siempre he querido visitar.
Esta vez me acompañará Quico (compañero de fatigas cuando corríamos en el mismo equipo de ciclismo en nuestros años de adolescencía) y un compañero suyo de Valencia que aún no conozco.